Las serpientes son reptiles de cuerpo muy alargado y habitualmente cilíndrico, aunque existen otras de uerpo aplanado como la serpiente marina y muchas serpientes arborícolas.
Las serpientes carecen de extremidades externas, aunque algunas conservan vestigios de las patas traseras, visibles en la base de la cola de las grandes boas y pitones.
Tienen el cuerpo cubierto de escamas, compuestas de un material epidérmico córneo, dispuestas en hileras regulares y, por lo general, solapadas como las tejas de un techo. Las escamas de los costados y el dorso son más pequeñas que las de la parte superior de la cabeza y las de la superficie ventral (inferior). Las escamas de la superficie dorsal (superior) pueden ser lisas o presentar un resalte alargado o quilla; otras modificaciones de las escamas permiten la aparición de pequeños bultos y diminutos agujeros.
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